EL NUEVO RETO DEL DOCENTE
“La práctica de la libertad sólo encontrará adecuada expresión en una pedagogía en que el oprimido tenga condiciones de descubrirse y conquistarse, reflexivamente, como sujeto de su propio destino histórico”.
Paulo Freire.
Primeramente quisiera aclarar el carácter de este documento como instrumento de reflexión y no de erudición. Eso significa que el lector encontrará muchas más preguntas que respuestas pues, siendo consecuente con nuestras creencias, nos moviliza más una buena pregunta que una larga respuesta.
En cierta ocasión, mirando un espectáculo de un grupo de tap compuesto por niños y niñas, adolescentes y adultos jóvenes, viví una experiencia que me replanteó o por lo menos me obligó a reflexionar sobre mi rol como facilitador de procesos de aprendizaje. Era un espectáculo fresco, hermoso, honesto y con una ejecución técnica fuera de lo común en gente tan joven. El grupo era dirigido por un hombre, joven también, el cual participaba con los chicos en el espectáculo y a quien se le notaba perfectamente su disfrute, aparte de su solvencia técnica. Al final de la función quise felicitarlo y así pudimos intercambiar algunas impresiones. Le pregunté dónde se había preparado, si en Nueva York o alguna capital cultural capaz de ofrecer tal virtuosismo debido a su manejo técnico realmente extraordinario. Me dijo que aquí en Costa Rica, maravillado le pregunté dónde y su respuesta me dejó devastado y sorprendido...en YouTube. Me narró sus inicios en una academia, muy lentos para su ritmo, y decidió buscar otras alternativas. Encontró en YouTube algunos videos de cómo bailar tap y a su propio ritmo adquirió la habilidad. Le pregunté entonces sobre la manera de enseñar a sus pupilos la técnica, “igual”, me dijo. Pero ¿cuál papel cumples como profesor? “Yo sólo trato de que ellos aprendan a escuchar los sonidos de su propia alma así son capaces de llevarlos a sus pies y claro, dejarlo aprender a su propio ritmo y con su propia necesidad”, me confesaba. “El intercambio entre ellos es vital para su desarrollo, un ambiente de confianza y alegría, aunque fundamentalmente deben creer en ellos y lo aprendido. Entre ellos mismos se corrigen y se ayudan, yo les facilito mi experiencia y mi propio aprendizaje”, cerró diciendo.
Esta experiencia empírica, tal parece, había generado su propia pedagogía, su propia manera de transmitirse y compartirse, de desarrollar las habilidades y competencias necesarias para llegar a ser bailarín de tap. Sobre todo, su manera de interrelacionar los roles dentro del proceso de aprendizaje, es decir, su propia dinámica de comunicación alrededor del objeto de estudio.
Por supuesto la experiencia también nos lleva reflexionar la manera en que estamos diseñando nuestros cursos. Una de las cosas que llaman la atención es analizar como este “Diseñador” toma en cuenta de una manera empírica todos los elementos necesarios a considerar para el diseño curricular. En primera instancia los elementos que componen el currículo cuyos elementos relacionales y su funcionalidad son determinantes en el desarrollo del diseño del currículo, estos elementos se clasifican en orientadores, generadores, reguladores, activadores y multimedios; cada uno de ellos aporta desde su especificidad la información necesaria para esa definición del diseño: por supuesto incluye también las fuentes y fundamentos que positivamente necesitamos tomar en cuenta a nivel de consulta. Estas fuentes el contexto sociocultural, el alumno, y las áreas del saber sustentadas en los fundamentos psicología, sociología, antropología y filosofía, que nos dan las aspiraciones del individuo y el entendimiento de los procesos sociales y sistémicos del contexto en el que diseñamos el currículo.
Se han descrito estos elementos rápidamente y con un sabor un tanto frío y académico para contrapolarlo a la experiencia descrita anteriormente y que nos ofrezca una perspectiva mas humana más cercana a lo que realmente debería movilizar nuestra visión a la hora de diseñar. Porque el diseño esta al servicio del ser humano y no lo contrario, se supone que esta sistematización debería responder a las necesidades de una sociedad que busca ser mejor, que busca resemantizarse y que busca romper con esa gran paradoja, en donde el individuo siendo parte de la sociedad no tiene injerencia sobre las decisiones de su entorno.
El diseño por lo tanto no es un ejercicio académico o erudito, es más bien un ejercicio de carácter humano. En donde si tenemos sentido común y escuchamos los ritmos de los tiempos talvez seamos capaces de entender y proponer diseños más consecuentes y más ligados a nuestro entorno y a nuestras necesidades y la de nuestros iguales.
Esta pequeña reflexión nos permite ampliar nuestro concepto alrededor de La administración del currículo ya que permite pensar en el administrador como un dinamizador, un gestor, un conceptualizador, un planificador del currículo. Alguien que además de entender su entorno, es capaz de plantear procesos relacionales que coadyuven a un buen planteamiento curricular y una excelente ejecución del mismo en toda su dimensión y lo que ello conlleva, es decir el desarrollo de ciudadanos integrales y propositivos.
